Angel -Parte 1-

No me di cuenta de cuando pasó, solo sé que en el momento en el que vi que su tiempo de vida se acababa, y su camioneta daba vueltas en el aire, quise arrojarme y sujetarlo entre mis brazos para que no le sucediese nada. De hecho, creo que lo hice.

Les voy a explicar cómo pasó. Yo, soy un ángel. Sí. Y déjenme contarles que todo lo que saben sobre ellos es erróneo, o bueno, algunas cosas. Nosotros no nos dedicamos a cuidar a una persona en específico, debemos hacerlo con todo el mundo por igual, si es que deseas hacerlo, debes presentar unas cuantas formas con EL. Y si él lo aprueba, entonces te vuelves el ángel asignado de esa persona. Pero eso no significa que seas su único ángel, eso solo garantiza que eres lo suficientemente bueno como para tener como responsabilidad la vida de un humano. Y te da créditos sobre algunas cosas. Tampoco tenemos alas, pero no es que las necesitemos, es decir, solo pensamos en el lugar al que queremos ir y puf, aparecemos ahí. Y la verdad es que al parecer no nacemos como ángeles ni nos convertimos, solo aparecemos aquí y de antemano sabemos nuestro deber. Yo era prácticamente nueva en esto, y la verdad es que no sabía muy bien él como había aparecido siendo un ángel, no entendía muy bien eso, pero ahora lo era, y si vidas humanas dependían de mi, entonces eso debía hacer, protegerlas.

Me consideraba un ángel bastante aplicada en su trabajo, siempre estaba vigilante en ese gran lago en el que podemos ver las vidas humanas como si se tratasen de películas. Y si es que alguien llegaba a necesitar auxilio, yo era la que se lo brindaba. Había reglas, como ya dije, entre las primeras estaban la de no dejar que el humano te viese, (y aunque no somos visibles a los humanos, a menos que su tiempo de vida haya terminado), ni que te vieran reflejado en los espejos (ventanas muy comunes hacia lo que todos aquí llamaban "cielo", no interferir de forma directa en la vida del humano que salvásemos, y la más importante de todas, si el tiempo de vida del humano estaba por agotarse, nunca, jamás de los jamases debíamos interferir ante su destino. Yo cubría todas las reglas, por supuesto, de hecho a veces podía intuir a que humano salvar y a que humano no salvar solo con verlo, sin tener que esforzarme por ver su tiempo de vida.

Obviamente no podía cubrir a todo el mundo, así que me concentraba en pequeñas poblaciones de distintas partes del mundo para hacer mi trabajo, siempre escogiendo una diferente cada día. Hasta que me tope con el pequeño pueblo de Amity Park y lo vi.

Se trataba de un chico de 16 años, padres científicos, una hermana genio, una vida casi normal, y digo casi ya que el chico tenía un problema. Era increíblemente infeliz. ¿Qué como lo sabía? Bueno, cuando eres ángel, esa es una de tus ventajas, puedes ver a través del alma de la gente. Pero a pesar de toda esa infelicidad, tenía el alma más pura y clara que yo antes hubiese visto. Pero bueno, creo que ya ha quedado claro que me sorprendió en cuanto lo conocí. Así que empecé a seguirlo día a día. Y no lo hacía por querer saber más de él, ya que ya lo sabía todo. No. Lo hacía porque este chico me resultaba tan fascinante que incluso el primer día en que pensó en acabar con su vida fue simplemente adorable.

Ahora ya sabía su rutina: Todas las mañanas esperaba al autobús escolar en la esquina opuesta a su casa después de salir a hurtadillas de la misma para no encontrarse con sus padres y sus experimentos (todos relacionados con fantasmas), llegaba al colegio y se sentaba en la parte de atrás para no llamar la atención, a la hora del almuerzo conversaba un rato con su mejor amigo del alma, un chico moreno de gafas (de quien se había distanciado un poco en ese tiempo). Y finalmente al salir de la escuela se dirigía hacia el hospital más lujoso que estaba en una de las colinas del pequeño pueblo, en el que se encontraba su otra mejor amiga, en coma por cierto. Se quedaba algunas horas en el hospital con ella, platicándole su día, del nuevo artefacto que sus padres hubiesen inventado, del cuanto la extrañaba, etc. Teniendo en el corazón la esperanza de que ese día ella si despertara. Cuando abandonaba el hospital su tristeza había aumentado en un 99% y al final del día, volvía a casa para intentar hacer algo de tarea. Francamente este chico había comenzado a obsesionarme, es decir, de algún modo u otro mi intención era algo más que ayudarle o cuidarle. Y no tenía idea del si los ángeles podíamos enamorarnos o no, pero algo me decía que yo ya me sentía de ese modo por este chico.

No entendía nada sobre lo que sentía por él, ni del cómo era que había llegado hasta ahí sino hasta el día en el que él fue a visitar a su amiga en coma y le dijo lo que le dijo:

Entro sigilosamente a la habitación de su amiga, ella estaba conectada de mil formas a distintos aparatos que mantenían su cuerpo con vida. El la miro y en un segundo sus bellos ojos azules se llenaron de lágrimas, y cada una de ellas se lleno con la más cruda impotencia y tristeza que yo antes hubiese percibido. Se acerco más a ella. Se sentó junto a ella en su cama y en un segundo su rostro estuvo contra el pecho de la chica. Ahí fue donde dejo las lagrimas fluir y hablo entre dolorosos sollozos.

-Te amo Sam, siempre lo hice, pero solo hasta que vi a ese camión arrollándote fue que me di cuenta. Solo hasta que no abriste los ojos después de lo que paso para decirme que estabas bien, y reclamarme por haber sido tan estúpido y no haberme movido de la carretera cuando me llamaste. TE AMO… Y quiero que despiertes, quiero que me escuches decirte esto, y quiero que me digas algo sarcástico, sarcásticamente adorable, algo Sam… Por favor… Por favor Sam… abre los ojos…- dijo mirándola al rostro, pero como era de esperarse la chica no se movió ni un centímetro.

Yo estaba que me moría de celos, pero al mismo tiempo no podía evitar sentir ese nudo en mi garganta que nunca antes creí poder sentir. Quería poder abrirle los ojos a la chica, obligarle a responderle que ella también le amaba, (yo ya lo sabía), quería solo poder hacerle siquiera mover un dedo. Entonces pasó.

No supe exactamente cómo fue que lo hice, pero, en el momento en el que pensé que quería hacer que la chica moviese un dedo, este tintineo un poco y luego se detuvo. El chico se quedo atónito  ante lo que vio, miro de inmediato en dirección de la mano de la chica y luego hacia su rostro y dijo:

-Sam, Sam, ¿me escuchas cielo?, ¿puedes oírme?-sus grandes ojos azules se iluminaron y yo solo volví a hacer que la chica moviese el dedo, lo cual ocasiono que por primera vez en todo el tiempo que levaba de seguirle, su rostro sonriera. Y pude notar por el tamaño de la misma que esto era lo que había estado esperando siempre.

Sabía que estaba mal lo que estaba haciendo, que no debía meterme en su vida y mucho menos obligar a su amiga a moverse, ni hacerla que volviese del coma (si es que sabia como hacerlo), era solo que me había gustado tanto la sonrisa del chico, que con gusto hubiese entrado en el cuerpo de la chica solo para mirarlo de frente.

El beso la frente de la chica y lagrimas de felicidad bajaron por sus mejillas, intento levantarse de la cama para salir corriendo por algún doctor o enfermera, cuando al intentar abrir la puerta se escucho un ajetreo inusual que llego hasta la misma.

-¡Por Dios Jeremy, se trata de la vida de nuestra hija!- entro gritando la madre de la chica con lagrimas en los ojos, iba correteando tras su esposo.

-¿Es que no te has dado cuneta Pamela? Esto que tiene Sam no es vida, ¡lleva 1 año sin moverse! No sé qué es lo que sea, pero esto no es vida. El doctor lo dijo, ella ya no siente nada, no piensa siquiera, hay que ser razonables Pam, ¡si tuviéramos algo de corazón, ya le habríamos liberado de este infierno!

-¡Tú no eres quien decide si nuestra hija vive o no!- le contesto ella alcanzándolo. El chico solo se quedo pasmado en la puerta, no podía creer de lo que hablaban los padres de la chica, era imposible. No podían estar pensando en eso.

-¡Se ha movido!- grito sin pensarlo dos veces y la discusión que acontecía frente a él se detuvo al instante.

-¿Qué?- pregunto el padre de la chica.

-Sí, se movió, yo la vi. Hablaba con ella y se movió, después le pregunte si me escuchaba y volvió a moverse. Por favor señor Manson, se lo ruego, no ordene que la desconecten- imploro el chico con ojos suplicantes y yo me sentí la peor criatura jamás creada.

-Tú no estás en condiciones de pedirme nada- le espeto el padre con desprecio- Si mi hija está muerta en vida hoy es por tu culpa. ¿Qué tenían que estar haciendo en mitad de la carretera, eh?- pregunto caminando hacia el chico, apuntándolo con el dedo, pero antes de que pudiese hacer contacto con él, su esposa le detuvo con nuevas lagrimas en los ojos.

-¡Jeremy, Jeremy! El niño no tiene la culpa, además, dice que se ha movido, tal vez eso signifique algo…- dijo sujetándole el brazo.

-No Pam, ¿es que no escuchaste lo que dijo el doctor? Ya no siente nada, ni escucha, ni ve… Ya no está viva…- dijo y todo se quedo en silencio- Eso solo debe ser algún reflejo del cuerpo…

-No es solo un reflejo, ¡le digo que se movió cuando le hable!- le grito el chico acercándose a él con furia creciéndole en los ojos-¡Usted no va a ordenar que la desconecten o si no…!

-¡BASTA! No vas a venir a decirme que hacer con mi hija. Sam ya se ha ido, ¿Por qué no logran entenderlo? Ya no está con nosotros y hay que aceptarlo. La desconectaran mañana y podremos llevárnosla para el jueves… Y no va a haber nada que tú puedas hacer…- le dijo y en ese momento el chico no aguanto más.

-¡NO!- grito- ¡No lo dejare! ¡Yo se que ella está viva! Y que va a despertar, se lo mostrare…-dijo y corrió hacia la cama.

-¡Seguridad!- grito el padre, pero él no hizo caso, tomo a la chica de las manos y le imploro.

-Sam… Sam, linda, abre los ojos por favor… mueve una mano si me escuchas, parpadea, haz lo que sea para que tu padre entienda que estas viva y que si vas a despertar- sus lagrimas habían vuelto, pero por más que quise hacer que la chica se moviese de nuevo, no pude, ella no se movió.

-¡SEGURIDAD!- grito de nuevo el padre de la chica y dos hombres corpulentos entraron en la habitación.

-No, no, no… Sam, por favor… -dijo el chico apresurándola, cuando vio a los hombres acercándose a él- ¡NO, NO!, ¡Sam NO!- grito y uno de ellos lo sujeto por el tronco y lo levanto en el aire.

-¡Llévenselo!- ordeno el padre y los hombres le obedecieron.

-¡Noooooooooooooooo! ¡Sam!- grito de nuevo y golpeo a uno de los hombres con el puño. Este le soltó de inmediato, y el chico corrió de nuevo hacia la cama de la chica. Pero en un segundo se encontró en el suelo y con una herida en la cabeza, mientras la habitación de daba vueltas y un hombre lo levantaba en brazos.

Supe que había metido demasiado la pata cuando lo llevaron a su casa y advirtieron a sus padres que si volvía a acercarse al hospital antes de que desconectaran a la chica y se la llevaran a casa, enfrentaría las consecuencias, y paso toda la noche en su cama, inconsciente por el golpe. Me sentí tan culpable, todo había sido mi culpa, no debí haber movido a la chica. No debía haberlo hecho. Pensaba en eso mientras le observaba dormir, cuando me di cuenta de que nunca antes había visto el tiempo de la chica, había logrado ver su alma, pero no su tiempo de vida, así que cambie de escenario y me concentre en la chica de cabello negro conectada al aparato que le mantenía con vida. Intente e intente, pero por más que quise, no logre verlo. Eso me frustraba, nunca antes se me había negado el derecho de ver el tiempo de vida de alguien y eso me hacia rabiar. Necesitaba saber si esa chica iba a despertar o no. Poder salvarla de que su padre la desconectase. No importaba cuan involucrada estuviese con el chico, ni que pudiese tener problemas por ello. Lo único que quería en ese momento era que la chica despertara.

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Por fin mi chico abrió los ojos, lo hizo desmesuradamente y al darse cuenta de que estaba en su cama se sentó y se cubrió la cara con ambas manos.

-Vaya… un sueño nada mas…- dijo frotándosela cara-Se veía tan real… creí que si despertaría esta vez… Que estúpido soy- dijo y se levanto de la cama.

Camino hacia el baño con intenciones de tomar un baño para dirigirse a la escuela  y encontró su camisa manchada con sangre del cuello. De inmediato su mano voló hasta su nuca y sintió dolor al tocarse. Abrió los ojos como platos y salió corriendo del baño y luego de la habitación. Bajo las escaleras corriendo, saltándose los últimos dos escalones  entro corriendo a la cocina y miro a sus padres, pero no dijo ni una sola palabra, ya que su madre se encontraba haciendo el desayuno, su padre le ayudaba y su hermana colocaba platos en la mesa. Todo esto se le antojo de lo más extraño, su madre casi nunca hacia desayuno, y su padre menos. Su hermana siempre leía y bueno, sus padres siempre estaban trabajando en algo.

-Oh- dijo su madre en cuanto se giro y lo vio de pie en la puerta de la cocina-Estas despierto cariño… ¿cómo te sientes?- le pregunto acercándose a él y poniéndole una mano sobre la frente.

-Yo…- dijo confundido-¿Qué paso ayer?- pregunto mirando a su madre.

-Bueno…- dijo ella dudando.

-Siéntate Danny, tienes que desayunar, no iras hoy a la escuela, debes conservar energías para el funeral mañana- dijo su padre jalando una silla.

Su corazón se congelo junto con el mío en ese momento.

-¿Fu…funeral?- tartamudeo y empalideció- ¿Ósea que fue real?, ¿de, de verdad van-van a desconectarla?- pregunto sujetándose de una silla para no perder el equilibrio.

-Si- contesto su hermana- Hoy en la noche.

-No…- dijo y sin importarle que sus padres y su hermana lo estuviesen observando, dejo que algunas lágrimas cayeran por su rostro.

-Tienes que ser fuerte cariño, nosotros…

-¡NO!- grito sin dejar que su madre terminara de hablar- ¡NO VOY A DEJARLOS!, ¡ella está viva! ¡Se movió ayer!- otra descarga de culpa me invadió- no pueden hacerle eso, ¡seria como asesinarla!

-Cariño, tienes que entender que…-comenzó su madre, pero el levanto la mirada y le grito:

-No, ustedes son los que no entienden, ¡ella se movió!, y si van a desconectarla, primero se las van a ver conmigo. No voy a dejar que acaben con su vida…- dijo y se dirigió hacia la salida. Su madre emprendió la carrera justo detrás de él, y aunque él era más rápido, ella le alcanzo antes de que pudiese salir.

-Danny, cielo, no puedes salir de esta casa-le declaro.

-¿Qué?

-Si Danny- le contesto su padre quien había llegado junto con su madre para evitar que el saliera- Ayer armaste un escándalo en la habitación de Sam y bueno, te trajeron inconsciente y con ese golpe en la nuca.

-Advirtieron que si volvías a aparecerte en el hospital te iría muy mal…- continuo su hermana.

-No queremos que te suceda nada más cariño- le dijo su madre acercándose a él para apoyar su mano sobre el hombro del chico, para después abrazarlo fuertemente contra su cuerpo.

En ese momento mi chico no logro contenerse más y se aferro a su madre como si aun tuviese 5 años, ella le respondió de inmediato y lo sujeto aun más cerca de ella, recitándole esta oración una y otra vez:

-Todo va a estar bien cielito, todo va a estar bien…

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Ahora mi chico descansaba con la cabeza entre las manos sentado en la esquina de su cama. Había pasado toda la mañana sin salir de su habitación, su madre le había llevado de comer y su hermana había intentado hablar con él. Le había rogado que no saliese de la casa y él le había dicho que no saldría. Su cabeza estaba vuelta un lio. Por una parte veía las cosas desde la perspectiva del padre de la chica. Su mejor amiga ya había sufrido bastante, ¿y si era cierto?, se preguntaba, ¿y si era cierto que ella ya no sentía nada y que eso que él había presenciado el día anterior no había sido sino algún reflejo del cuerpo de su amiga? No. Eso no podía haber pasado, ya que por mucho que fuese un reflejo ella no le hubiese apretado la mano así.

Yo me sentía basura. No podía creer hasta donde había llegado con tal de ver por la felicidad de mi chico. (Aunque todo eso lo hubiese llevado a todo lo contrario). Y aun así, quería que el hiciese lo que el corazón le había gritado desde el momento en el que se entero de verdad que iban a desconectar a la chica. Quería que el corriese hasta el hospital y que entrase armando un escándalo y obligase a la chica a moverse. Algo en decía muy en el fondo que la razón por la cual no podía ver su tiempo de vida era debido a que ella si despertaría. O a que a la gente en coma no se le veía. Y una vez más me sentía lo peor. Por haber llegado a tanto. Podía ser también que no viese su tiempo de vida porque ya no había vida que ver. Pero ahí había una falla, ya que yo había visto su alma, y había logrado saber que ella también le amaba a él. No lo había hecho conscientemente, ya que me imaginaba que así eran las cosas con la gente en coma. Y como no tenía a quien preguntarle, tenía que conformarme con mis deducciones.

De repente uno de sus pensamientos arrebato mi atención. Se puso en pie y desde su abdomen surgieron un par de halos de luz azul que atravesaron completamente su cuerpo. Dejando en su lugar a un chico de cabello blanco y ojos verdes vestido con un traje negro con botas y guantes blancos. Quede completamente sorprendida. ¿Quién era él? No, ¿Cómo lo había hecho? Podía jurar por lo que más quería (que era el mismo) que jamás antes en su alma ni en su consciencia vi que poseyera esa habilidad. ¡JAMAS! Ahora ya lo sabía, lo había visto de inmediato en su alma. Era lo que podía llamarse "mitad-fantasma", pero con todo ese asunto de su amiga en coma, el había decidido no usarlo más, debido  también a que dichas "habilidades", eran las culpables de su estado.

Corrió hacia la ventana, y justo cuando estaba a punto de saltar por ella sintió un agudo dolor en el abdomen que le obligo a regresar a su antigua forma y caer desplomado en el suelo. De inmediato se abrió la puerta de su habitación y entraron corriendo sus padres y su hermana. El se giro tosiendo a causa del dolor y miro aterrado a sus padres.

-¿Ustedes lo hicieron?-pregunto entre gemidos mientras intentaba ponerse en pie. Su madre le ayudo.

-Sí.

-¿Y, como?

-Yo se los dije Danny, yo… no tuve opción, tú podías pensar en escapar de esta forma y bueno, ayer que te trajeron mamá y papá se encargaron de instalarte el deflector de espectros dentro del cuerpo.

-¿Eso es legal?- pregunto el chico sujetándose el estomago.

-Eso no importa-contesto su padre- prometiste que no ibas a salir de la casa jovencito.

-Sí, lo sé, ¡es solo que no puedo hacerlo!- dijo el chico levantando ambos brazos y el dolor volvió.

-¿Quieres dejar de intentar transformarte Danny? No vas a lograrlo, pero lo que si conseguirás será lastimarte más.

-¿Es que acaso no entienden? ¡¡¡Sam es el amor de mi vida!!! Y no voy a dejar que esos idiotas la desconecten ¡ni por que ustedes mismos me aten con la caña de pescar Fenton! –declaro y dio tres pasos hacia la ventana. Me sorprendí cuando los halos de luz atravesaron su cuerpo de nuevo, y no solo me sorprendí yo, sino todos en la habitación. Ya que supe gracias al chico que los inventos de sus padres jamás fallaban. Aun así, el había logrado "transformarse" y saltar por la ventana, claro que el dolor era casi insoportable, pero si eso era lo que él tenía que hacer por salvar la vida de la chica, de buen modo lo aceptaba. Intento aterrizar en el suelo bajo su ventana, pero debido a una punzada de dolor no lo logro, cayendo de cara contra el suelo y perdiendo su transformación. Se levanto de inmediato y se dirigió hacia el garaje, con el corazón latiéndole al mil igual que el mío (si es que tenia uno).  

Se abrió paso entre los inventos fallidos de su padre para finalmente encontrar la camioneta anti-fantasmas. Saco una de las llaves que se encontraban bajo una de las macetas del mismo garaje y subió al auto. No sabía conducir muy bien, pero con suerte, esto no sería más difícil que conducir el Specter-Speeder. Encendió el vehículo y sin que sus padres pudiesen alcanzarlo salió del garaje sin siquiera abrir la puerta. Muy dentro de mí aun sentía culpa, pero podía más mi alegría y mi emoción por que el chico fuese a defender lo que amaba.

El no sabía si lo seguían, yo sí. Pero su tiempo se acababa, ya estaba anocheciendo y él no sabía exactamente a qué hora iban a desconectarle, así que sin pensarlo piso el acelerador y doblo en la esquina que le llevaba a esa colina en donde se encontraba el hospital.

El dolor no se iba, de hecho se volvía más intenso, estuvo a punto de perder varias veces el camino, pero al final siempre lograba volver a la carretera, en momentos se volvía borrosa frente a su mirada, me pegue al agua del lago y supe que me había visto cuando sus ojos se abrieron desmesuradamente cuando miro el retrovisor, pero no le dio mucho tiempo, ya que dejó de ver la carretera, y perdió el conocimiento. Su cabeza cayó hacia el respaldo del asiento y sus manos a los costados. No era para menos, me había sorprendido de verdad que hubiese aguantado el dolor tanto tiempo. Abrí los ojos desmesuradamente cuando vi que su camioneta se estrellaba contra un árbol y que debido a que tenía el pie sobre el acelerador esta no dejaba de avanzar, chocando contra todo lo que estuviese a su paso. Haciéndolo tambalearse por dentro. De pronto, la camioneta se alzo en vuelo y dio varios giros en el aire. Fue entonces cuando lo vi: Su tiempo de vida se había reducido y solo le quedaba menos de 1/2 hora de vida.